viernes, 9 de noviembre de 2012

sin título.


Te despediste incontables veces,
secaste mis lágrimas,
éstas se hicieron tu agua.
Lejos se asoman los murmullos
de un futuro algo sonriente,
tristemente atónito,
que agoniza las ultimas horas,
y muere lentamente el derroche de sueños..
Se desmorona el sol,
se esfuma el oxígeno,
el viento se pierde en el aire.
Hay una pena en mi pecho,
que viene a cobrarme
el alquiler de cada día.
Una guitarra llorar sus notas,
aquel espejo olvidado que
nos refleja lo bueno del mal.
Y yo, aquí, en el océano azul,
con humos violetas,
con rayos que queman.
Yo aquí, con tiempo de sobra
y sin nada para hacer. 

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